¿Qué es el curado de la marihuana y por qué es importante?
La época de la cosecha puede parecer la última etapa del proceso de cultivo, pero esto queda lejos de la realidad. Tras cosechar los frutos de tu trabajo, es el momento de realizar los dos pasos más determinantes: el secado y el curado.
El secado es tal y como suena, es el proceso de eliminar la mayor parte del agua contenida en los cogollos. El secado hará que los cogollos sean más resistentes contra la formación de moho, más fácilmente manejables y mucho más agradables para fumar. Algunos cultivadores están contentos al fumar cogollos secos, pero si quieres llevar la potencia y el sabor de tu cosecha a un nivel superior tendrás que curar los cogollos.
Factores que afectan al proceso de curado
Antes de explicar cómo curar los cogollos de marihuana, veamos algunos factores que influyen en el proceso. Esto te ayudará a entender qué debes procurar y qué debes evitar.
Evitar la exposición a la luz
Durante el proceso de curado, debes guardar tu alijo en un lugar oscuro. La luz es uno de los factores más importantes que debes tener en cuenta ya que puede provocar la degradación de moléculas valiosas, como el THC y los terpenos. Para evitar que la luz eche a perder el sabor y la potencia de tus flores, guarda los tarros de cogollos en un armario oscuro, o una caja oscura. También se puede almacenar en tarros de cristal miron, un tipo de cristal que filtra toda luz visible, excepto la violeta, ofreciendo así protección adicional.
Protege tu alijo del calor
El calor solo será un problema considerable si vives en una región donde se alcancen temperaturas excepcionalmente elevadas. El calor es otro factor responsable de la degradación de los cannabinoides, pudiendo reducir la potencia de tus cogollos. Guarda tus tarros en un lugar frío para minimizar los daños y la formación de moho. La temperatura ambiental ideal para el proceso de curado está alrededor de los 21ºC.
Buscar el punto óptimo de humedad
El curado es un proceso sencillo, siempre y cuando los cogollos se hayan secado adecuadamente. Si están demasiado húmedos antes del curado, los cogollos se aglomerarán entre sí y es bastante probable que se forme moho. La humedad excesiva también fomentará que las bacterias anaeróbicas empiecen a degradar tus cogollos, una señal reveladora de que esto está pasando es el olor a amoníaco que sale de los tarros cada vez que los abres.
Por otro lado, si los cogollos están demasiados secos, el curado resultará en un alijo de flores desmenuzables, que producen un humo áspero y desagradable. Idealmente, las flores de marihuana deberían secarse en una habitación con un nivel de humedad entre 45-55%. De esta manera, la parte exterior del cogollo quedará más seca y ligeramente desmenuzable, y el interior quedará más húmedo. Cuando llegue el momento del curado, la humedad se aumentará ligeramente, llegando a un nivel óptimo cercano al 62%.
La mejor forma de curar tus cogollos de cannabis
Ahora que conoces todos estos factores fundamentales, tenlos en cuenta al curar tu alijo. El curado es cuestión de abrir y cerrar de los frascos en el momento adecuado.
Paso 1: Manicurar los cogollos
Para empezar, tienes que preparar tus flores debidamente. Si has secado tus cogollos individualmente, ya puedes empezar con el curado. Pero, si has decidido secarlos en la rama, tendrás que cortarlos. Separa cada cogollo y elimina las hojas de azúcar.
Paso 2: Almacenar tus cogollos
A continuación, introduce tus cogollos en recipientes herméticos. Los tarros de vidrio de cierre hermético son una opción resistente, que te permite controlar los cogollos fácilmente durante todo el proceso.
Coloca las flores dentro del recipiente, sin apretar demasiado, llenándolo hasta el 75% de su capacidad. Es importante dejar espacio para el aire. Ahora es un buen momento para comprobar que tu alijo está lo suficientemente seco para el curado. Agita suavemente los frascos. Si los cogollos golpean libremente el vidrio, procede con los siguientes pasos. Pero, si comienzan a aglomerarse, esto indica que el exterior todavía está demasiado húmedo, por lo que será necesario secar más los cogollos.
Paso 3: Curar la marihuana con la humedad ideal
Coloca las tapas sobre los frascos y guárdalos en un lugar freso y oscuro para protegerlos contra las amenazas mencionadas anteriormente. Idealmente, guárdalos en un armario o habitación con una temperatura de 21ºC y dentro de los frascos, la humedad relativa debería ser del 60-65%. La única forma de medir esto con precisión es añadiendo un pequeño higrómetro a cada frasco.
Paso 4: Regular el nivel de humedad
Durante los primeros días, deberás echar un vistazo a los cogollos dos veces al día. Inspecciónalos a través del vidrio y presta atención a la aparición de moho. Cada que lo mires, debes abrir las tapas durante un par de minutos para permitir el intercambio de aire fresco. Vigila los higrómetros. Si la lectura muestra un 60-65% de humedad, procede con normalidad. Pero, si la humedad es demasiado elevada, quita las tapas de los frascos durante 3 horas aproximadamente para dejar salir el exceso de humedad. En cambio, si la humedad es demasiado baja, deja las tapas puestas durante períodos más prolongados, sin sesiones de intercambio de aire. Si aún así no detectas un aumento en la humedad, introduce un pequeño pack de humedad en los frascos afectados.
Paso 5: El último
Continúa abriendo los frascos una vez al día durante las próximas 2 semanas, a la vez que tomas las medidas apropiadas para mantener un nivel de humedad óptimo. Pasadas 3 semanas, tus cogollos estarán bien curados y listos para fumar. Pero los fumadores más pacientes obtendrán la mejor recompensa. La calidad de tus flores seguirá aumentando durante un período máximo de 6 meses de curado.
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